
Publicado por Karina Orzechovski en el 2020-07-06
Ante la aparición de repetidos Ataques de Pánico, quienes los han presentado suelen comenzar a evitar situaciones o actividades en las que sienten que escapar o pedir ayuda ante un eventual ataque podría dificultarse.
Así es como empiezan a evitarse situaciones y actividades como ir a un shopping o supermercado, hacer colas, ir al cine, utilizar el transporte público, concurrir a bares o restaurantes, etc.
Estos comportamientos de evitación, que tienden a generalizarse y cronificarse sin tratamiento, se denominan Agorafobia, y pueden llevar a quien lo presenta a una condición sumamente incapacitante.
La Agorafobia puede presentarse en distintos grados:
- » Es leve si, por ejemplo, la persona no puede conducir sola grandes distancias, pero sí se anima a manejar hasta su lugar de trabajo o a cortas distancias. O prefiere sentarse junto al pasillo cuando va al cine, pero se anima a ir. Pero no se siente cómodo/a en aglomeraciones.
- » Es moderada si, por ejemplo, se anima a conducir cortas distancias, pero sólo en compañía de alguien. Evita hacer compras en horas pico, y concurrir a shoppings y supermercado. Evita volar en avión o en trenes y subte.
- » Es severa si la movilidad es tan limitada que la persona ni puede salir de su casa.
No todas las personas con crisis de pánico desarrollan Agorafobia, y la severidad puede ser variable. Entre los factores que pueden influir como predictores de aparición de Agorafobia algunos están bien establecidos: uno es el estatus ocupacional, ya que en general quien está forzado a salir de casa por razones de trabajo estaría menos predispuesto. Pero el predictor más fuerte es el género, ya que es mucho más frecuente en las mujeres.